Para florecer en el otoño de la vida
La sociedad china tiene por tradición venerar a los adultos mayores, por su experiencia, sabiduría y respeto a quienes con tanta devoción y amor sembraron la semilla de una nueva generación.
Es cierto que hoy día el estrés diario ocasionado por el rápido desarrollo económico de la nación ha hecho olvidar un poco esos valores tan intrínsecos en este pueblo por las ideas confucionistas (de Confucio) apoyadas en la práctica de las máximas virtudes.
Las enseñanzas de este filósofo chino (551-479 a.n.e.) acerca de la buena conducta en la vida se sustentan en principios como tolerancia, bondad, benevolencia, amor al prójimo y respeto a los mayores y a los antepasados.
Su idea era lograr la prosperidad sobre la base de relaciones en plena armonía.
Teniendo en cuenta que China es una sociedad que envejece se impone para el gobierno un nuevo reto: fortalecer los valores tradicionales hacia los ancianos, además de perfeccionar las políticas sobre la vejez.
La nación tenía 178 millones de personas de 60 años o más hasta el 1 de noviembre de 2010, lo cual representa el 13,26 por ciento de la población total, según el informe del sexto censo nacional.
Cifras oficiales indican que en el quinquenio 2011-2015 el número de adultos mayores sobrepasará los 200 millones, con un crecimiento neto anual de más de ocho millones.
De acuerdo con el ministro de Asuntos Civiles, Li Liguo, este último indicador superará al de la población en general, que en 2020 será de mil 450 millones de habitantes.
Ante esta realidad, el programa de pensiones del gobierno para este grupo de edades en zonas rurales lanzado en 2009 se expande rápidamente. Para 2015, todos los ancianos chinos estarán cubiertos por un seguro de ese tipo.
También promueve la construcción de más residencias e instalaciones médicas para la tercera edad y extiende un sistema de atención a ellos basado en la familia.
Además, las entidades sanitarias comunitarias crearán registros de salud para todos los ciudadanos de 65 años o más.
En tanto, se perfeccionan estrategias relacionadas con un ambiente favorable, el cuidado y servicio de esas personas, a fin de satisfacer sus necesidades, para que lleven una vida feliz.
Por otro lado, en vísperas de que la población mundial llegara el pasado 31 de octubre a los siete mil millones de habitantes, China anunció que continuará aplicando su política de planificación familiar con la finalidad de mantener una baja tasa de crecimiento demográfico.
Li Bin, directora de la Comisión Estatal de Población y Planificación Familiar, dijo a medios nacionales en esa ocasión que la sobrepoblación sigue siendo uno de los principales desafíos para el desarrollo social y económico.
Recordó que las tasas de mortalidad materna e infantil en el país se encuentran entre las más bajas de todas las naciones en vías de desarrollo y la expectativa de vida se ha prolongado hasta los 73,5 años de edad.
En ese sentido, enfatizó que serán tareas importantes para el futuro mantener y perfeccionar la mencionada política, abordar los temas del desequilibrio de género -en 2010 nacieron en el país 118 niños por cada 100 niñas- y el envejecimiento de la población.
Respecto a esto último, precisó que de acuerdo con cálculos oficiales, el porcentaje de 13,26 (en 2010) de personas con 60 años o más subirá a un tercio para 2050, año en el que la quinta parte de la población china tendrá 80 años o más.
Según artículos científicos, el envejecimiento de una ciudad, región o país está condicionado por factores sociales como la reducción de la mortalidad infantil y la natalidad, el desarrollo tecnológico, la disminución de la incidencia de enfermedades infecciosas y las migraciones.
Teniendo en cuenta que esas condiciones se dan en China, según lo explicado, válida entonces todas las alternativas que contribuyan a rescatar o reforzar antiguos valores o tradiciones con vista a elevar la calidad de vida de esas personas y hacer florecer el otoño de sus vidas.
Entre esas últimas cabe recordar algunas como la práctica de la caligrafía y la pintura china para desarrollar el cerebro y evitar males propios de la edad, incluido el Alzheimer, y la técnica de meditación en movimiento Tai Chi, provechosa también para la salud.
Escrito por: Teresita de J. Vives Romero