Pandas para siempre
Fuente de alegría, símbolo de la amistad entre pueblos y de la conservación de las especies amenazadas, los osos panda gigantes constituyen un tesoro nacional de China y del resto de la humanidad. Quizás su bello pelaje, tierno aspecto, docilidad o rareza haga de ellos el animal más atractivo en los zoológicos del mundo donde se encuentre. Pero, detrás de todo lo que representa, hay una profunda labor científica y un firme propósito de preservación.
Estudios genéticos prueban que hace 43 millones de años estos plantígrados, pertenecientes al orden de los carnívoros, enfrentaron un drástico descenso en el número de miembros, lo cual originó poca variabilidad de la población, dando lugar a los ejemplares actuales, caracterizados por ser herbívoros. Su dieta está constituida casi exclusivamente de brotes de bambú.
En fecha reciente la revista Nature divulgó un estudio de un equipo internacional de científicos sobre el genoma de estos úrsidos. El análisis de los genes relacionados con su alimentación reveló que todos los componentes pertenecen a los de un comedor de carne y la carencia de aquellos vinculados a la digestión de la celulosa les obliga a ingerir grandes volúmenes de bambú por día.
De total consumido solo asimilan cerca de la mitad gracias a las bacterias que habitan en su flora intestinal, según expertos. En cautiverio la dieta consiste además en caña de azúcar, papilla de arroz, galletas especiales con alto contenido de fibras, zanahoria, manzana y batata (boniato o camote).
También, el examen de los genes relacionados con los sabores reportó la pérdida de funcionabilidad de uno asociado al unami (asociado a los glutamatos y a la carne), lo cual explica por qué es herbívoro.
Sumada a esta característica específica está su baja fecundidad. El período de celo de las hembras es de 48 a 72 horas cada año y los machos tienen un órgano sexual diminuto, que apenas pueden mantener erecto unos 20 ó 30 segundos durante el coito, lo cual hace muy difícil la gestación de manera natural.
Esas peculiaridades, unidas a la fragmentación y reducción de su hábitat (que altera el ciclo natural del bambú), la endogamia y la alta tasa de mortalidad infantil, ubican al plantígrado en la lista roja de las especies en peligro de extinción.
Con vista a lograr su supervivencia, China desde los años 60 investiga la reproducción de la especie en cautividad y dedica grandes sumas de dinero cada año a ese objetivo y a su conservación. Son varias las técnicas aplicadas, entre ellas está el suministro de viagra a los machos para alargar 20 minutos la erección. Otra es la proyección de videos de pandas copulando, por su inapetencia sexual en cautiverio.
También emplean la inseminación artificial, práctica que permitió 180 nacimientos en la última década en la provincia suroccidental de Sichuan, cifra que elevó a 241 la cantidad de esos animales venidos al mundo por la mencionada técnica en el lugar en esas condiciones de vida, el 85 por ciento del total.
China posee 62 reservas naturales para estos úrsidos, las cuales albergan el 70 por ciento de los que se hayan en vida salvaje, cerca de mil 600 según datos oficiales, aunque expertos divulgaron recientemente haber identificado, mediante el análisis del ADN de sus excrementos, tres mil ejemplares en las provincias de Sichuan, Gansu y Shaanxi (en ésta última viven unos 300 de pelaje marrón claro y oscuro).
También opera tres bases de cría e investigación de esos animales en Chengdu (capital de Sichuan), en la reserva natural de Wolong, del mismo territorio, y en el zoológico de Beijing.
De igual forma, construye un centro en la referida provincia que ayudará a los panda hoy en cautiverio (300) a adaptarse a la vida salvaje. Todo este esfuerzo de conservación de seguro dará pandas para siempre.
Escrito por: Teresita de J. Vives Romero