El invierno y la muerte blanca en China

25.01.2010 01:44

      Curiosamente, aunque oímos hablar más de calentamiento global, asociadas a las adversidades del clima, también están las muertes blancas. Es verdad que así le llaman a la de alta montaña, cuando alpinistas por deporte, aventura o placer vencen su meta y al ir en bajada el cansancio los abriga, caen casi inconscientes, la nieve los cubre y la falta de oxígeno los domina. O también al Síndrome de Muerte Súbita neonatal, aquella repentina e inesperada que sufre cualquier lactante o bebé.

   Pero, la que trataremos es otra, nada parecida a la de afición o a la de cuna, es una impuesta por el cambio climático a ecosistemas marinos del noreste de China y a especies de animales de territorios norteños, de los que depende buena parte de la población de esas regiones.

   La capa de hielo formada sobre la superficie del Mar de Bohai y el norte del Amarillo es la peor en los últimos 40 años registrada en la zona. Olas de frío inusuales ocurridas desde principio de enero con descensos de temperatura de hasta 10 grados centígrados bajo cero son la causa.  

   El fenómeno atrapó a los pobladores de la isla de Juhua, la más grande de la bahía de Liaodong, de una superficie de 13,5 kilómetros cuadrados y tres mil 200 habitantes, quienes padecen de escasez de agua potable por la congelación del líquido vital en secciones de las tuberías, al alcanzar el hielo un espesor de entre 15 y 20 centímetros, valor que amenaza con crecer a 40, según pronósticos.

   Mientras autoridades locales buscan alternativas para romper los bloques helados y suministrar artículos de primera necesidad a los isleños, más de 95 mil personas en la provincia de Shandong son víctimas igual de esta situación, con el reporte en la penúltima semana de enero de 140 mil hectáreas de cultivo acuáticas a lo largo de sus costas dañadas y centenares de barcos de pesca atracados.

   La congelación, que ocupaba hasta esa fecha cerca del 50 por ciento de las aguas del Mar de Bohai, redujo su contenido de oxígeno, indicador que motivó la muerte de animales marinos a gran escala y el deterioro de la calidad de esa reserva.

   Criadores de pepino de mar residentes en la provincia de Liaoning consideran que se quedarán si producción a menos que la temperatura aumente. Estos equinodermos, pertenecientes a la clase de las holoturias, son utilizados como alimento y en la medicina tradicional para tratar la debilidad, impotencia, cansancio y  constipación debido a la resequedad intestinal, entre otras aplicaciones.

    Aparejado al panorama descrito están las enormes pérdidas económicas, valoradas tan solo en la provincia de Shandong hasta la fecha señalada en más de 300 millones de dólares, y la activación de sistemas de alarma y monitoreo, así como el envío de equipos de trabajo por entidades estatales a los territorios afectados a fin de ayudarles a enfrentar el desastre natural.

   El crudo y blanco invierno en China también tuvo una nueva expresión de terror, ante la masacre de ovejas por hambrientos lobos, en la meseta Xilingol, del noroeste de la región Autónoma de Mongolia Interior, donde funcionarios de defensa de la frontera informaron la muerte de más de 300 ovejas de seis pastores, quienes catalogaron de horrible el hecho y lo atribuyen a la permanente nieve y la imposibilidad de estos animales salvajes de buscar alimento en otro lugar.

   La situación es vista con asombro por la voracidad en corto tiempo de esas fieras, protegidas desde la década del 90 y cuya caza está prohibida por encontrarse en peligro de extinción desde los años 70.

   Ante este rostro de muertes sobre la blanca nieve, el gobierno local se vio en la necesidad de ayudar a los pastores a construir corrales más fuertes y trasladar los rebaños a lugares de mayor seguridad.

Escrito por: Teresita de J. Vives Romero