China:Viento y agua versus carbón

05.11.2010 13:32

   Tal vez China sea más conocida por su tradicional explotación del carbón que por los esfuerzos dirigidos a reducir esa dependencia mediante el creciente uso de fuentes renovables de energía como alternativa para disminuir las emisiones de gases contaminantes del entorno.

    Aunque se reconoce la necesidad de hacer más en este empeño, los proyectos con ese fin que utilizan el viento y el agua crecen de forma acelerada, según informó en un reciente congreso mundial sobre el tema realizado en Montreal, Canadá, Liu Zhenya, presidente y director ejecutivo de la State Grid Corporation de China, la mayor suministradora energética del país.

    Desde el año 2000, la generación de electricidad a partir del primero de esos recursos aumentó de forma exponencial 21 veces, mientras que la del segundo se multiplicó por 47; hasta llegar a la actual, considerada la más alta del mundo, de 200 gigavatios (GW) -1GW es un millón de Kilovatios-.

   De acuerdo con programas oficiales, en una década la capacidad instalada de las hidroeléctricas de la nación alcanzará los 380 GW y se prevé que la energía del viento (eólica) aumente a 281 GW, en comparación con los 26.9 GW de 2009, es decir,  más de 10 veces.

   El año pasado  la capacidad de esta última creció de 37,5 GW a 157,9 GW en el mundo. Una tercera parte del incremento provino de China, que duplicó el citado indicador. Para finales de año, este territorio podría superar a los Estados Unidos como líder en ese sentido, indicó a mediados de octubre Steve Sawyer,  Secretario General del Consejo Mundial de este tipo de energía.
   Sin embargo, el gigante asiático no puede renunciar a su desarrollo económico ni a su propósito de cumplir con las metas del milenio en cuanto a la reducción de pobreza. Tampoco puede posponer la aspiración de construir una sociedad moderadamente próspera hacia  2020, motivo por el cual seguirá dependiendo de combustibles fósiles.

   Para ese entonces producirá el 58,5 por ciento de su energía a partir del carbón, el 26,5 por ciento del petróleo y el gas natural, el nueve del agua, el cuatro de la nuclear y el dos de la solar y eólica.

   No obstante, continuará su esfuerzo hacia un modelo más sustentable de desarrollo con importantes metas. Algunas de ellas son la construcción de 13 proyectos hidroeléctricos en los ríos Jinsha y Daduhe y de siete plantas de 10 GW para aprovechar la energía eólica en Hami, Región Autónoma de Xinjiang, y en Jiuquan, en la noroccidental provincia de Gansu.

   Con respecto a esta última, el pasado 3 de noviembre se anunció que concluyó su primera etapa, con un aporte de 5,16 GW, a partir de tres mil 500 turbinas. Este logro marcó el comienzo de una segunda fase de montaje de aerogeneradores, que sumarán 7,55 GW.

    La construcción de la citada base, en el desierto de Gobi, se inició en agosto de 2009 y su conclusión está proyectada para 2015. Una vez terminada, se espera reduzca en 16 millones de toneladas las emisiones de dióxido de carbono cada año.
   Otro de los proyectos es el montaje del mayor parque eólico-marino del país,  en Lufen, en la meridional provincia de Guangdong, según se informó en mayo pasado. Esa fuente, con una capacidad instalada de 1,25 millones de kilovatios, implicará inversiones de cerca de tres millones de dólares y cubrirá una zona marítima de 240 kilómetros cuadrados.

     Con todos estos planes, China  se propone reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global,  avanzar hacia sus compromisos internacionales y garantizar una mejor calidad de vida para la población.

Escrito por: Teresita de J. Vives Romero