Beijing: Hacia más días de cielo azul
Combatir la contaminación atmosférica en la capital china es una de las prioridades del gobierno local luego de que inició en 1998 sus esfuerzos a largo plazo para revertir ese indicador.
Grandes sumas el país invierte en ambiciosos planes para resolver ese problema, considerado uno de los más grandes de esta urbe.
Como en otras megaciudades chinas, en Beijing las estrategias en ese sentido están enfocadas hacia la promoción de un desarrollo sostenible sobre la base de una economía baja en carbono.
Entre las medidas que aplica el gobierno para alcanzar ese objetivo se encuentran la mejora del transporte público y el incremento del uso de las energías renovables.
A la vez, se realizan innovaciones en las industrias tradicionales y cierran o reubican aquellas con una capacidad de producción obsoleta, al tiempo que se promueven las emergentes de importancia estratégica y las de alta y moderna tecnología.
Sin embargo, el rápido desarrollo industrial alrededor de la capital china y vertiginoso crecimiento económico trae aparejado un mayor consumo energético y un aumento del transporte privado.
Ello obliga a implementar normas enfocadas a prohibir o restringir en determinadas jornadas, horas o zonas, la circulación o tráfico de vehículos.
De ese modo, son sacados de las carreteras los carros que no cumplan con los nuevos estándares de emisiones, establecidos sobre la base del propósito descrito y aplican políticas de registro de nuevas placas –solo se emiten y sortean 20 mil matrículas al mes o 240 mil al año-. Este último sistema entró en vigor el 1 de enero de este año.
Para que se tenga una idea de la importancia de esa medida vale destacar que en 2010 entraron en circulación en Beijing un total de 800 mil nuevos vehículos, de un número superior de solicitudes.
A pesar de esta nueva iniciativa, obstaculizan los avances en cuanto a la reducción de la contaminación la elevada cantidad de proyectos de construcción que se realizan para la modernización de la ciudad, la densidad demográfica -más de 17 millones de habitantes-, y la dependencia aún del carbono como fuente energética.
No obstante, quienes pudieron visitar esta urbe antes de 1998 y ahora, coinciden en que mucho se ha logrado en cuanto al smog de aquella época y esta, aunque aún falta mucho por hacer.
Días de cielo azul
En Beijing se acostumbra a medir la calidad de aire según los días de cielo azul (despejados, claros). Para ello, se apoya en una clasificación de cinco grados.
Una lectura menor a 50 es "excelente" o grado I, de 51 a 100 "bastante buena" (II), de 101 a 200 "ligeramente contaminada" (III), de 201 a 300 "mala" (IV) y de más de 301 "peligrosa" (V).
Son considerados como días de cielo azul (DCA) los índices que alcanzan la categoría I o II. En 1998, ese indicador fue sólo de 100.
Desde entonces, aumentó consecutivamente hasta alcanzar 286 al cierre de 2010.
Para el 2011 se fijó una meta de 274, ocho más que la establecida el año pasado (266).
Una nueva etapa
El 19 de abril pasado se anunció un nuevo proyecto denominado Plan de Acción para un Aire Limpio en la municipalidad de Beijing (2011-2015) que estipula como meta elevar al 80 por ciento la proporción anual de días con una calidad del aire excelente o buena.
Ello significa alcanzar 292 días de cielo azul para 2015, a fin de impulsar un ambiente en general más saludable.
Para lograr ese objetivo, en los seis distritos urbanos de la capital china los calentadores y estufas de carbón aún existentes se renovarán por equipos que funcionan a base de energía limpia.
Además, tres de las cuatro termoeléctricas de Beijing serán sometidas a modificaciones que les permitan operar sin que produzcan emisiones atmosféricas ni residuos contaminantes, precisó Zhuang Zhidong, subdirector del Buró Municipal de Protección Medioambiental.
Estándares más severos para las emisiones de vehículos también se aplicarán. Un total de 400 mil autos que no se ajustan a las nuevas normas se espera sacar de circulación en el período descrito.
Como parte de ese proceso, previsto a desarrollar por etapas, para finales de año se retirarán de las carreteras 50 mil carros contaminantes.
Zang adelantó que este año igualmente se darán a conocer regulaciones a largo plazo para asegurar supervisiones más estrictas, como el aumento de la frecuencia de los controles de seguridad para automóviles.
A finales de 2009 China finalizó un programa de siete años consistente en la sustitución de los calentadores de carbón por eléctricos que benefició a los habitantes de 160 mil residencias ubicadas en 19 lugares de interés histórico y cultural de la zona central de la capital.
Otra labor en la que se encuentra enfrascada esta ciudad, con más de tres millones de autos, es la ampliación del metro, iniciativa que además de aliviar los embotellamientos, deviene beneficio para la salud de sus habitantes.
Escrito por: Teresita de J. Vives Romero